Me gustaría
contarles algo sobre el lunfardo.
El lunfardo,
para algunos autores, nace como un vocabulario propio “de la furca y de la
ganzúa”[i],
como diría J.L. Borges en “El idioma de los argentinos”. Este origen
básicamente centrado en la naturaleza delictiva y carcelaria se contrapone a
las opiniones de otros pensadores que lo definen como un repertorio de términos de muy variado origen. Pensemos
que la Argentina posee una población que ha venido de diversos países; solo
entre 1860 y 1880 se produjo en nuestro país un aluvión inmigratorio de grandes
dimensiones.
El lunfardo, con el
tiempo, incorporó sus
vocablos al habla coloquial de Buenos Aires y de otras ciudades argentinas y
uruguayas, y fueron difundidos, algunos, entre la población por el teatro, el
tango y la literatura popular, mientras que otros permanecieron en los hogares
de los inmigrantes.
El viejo lunfardo se vio ampliado con generosidad
por medio de palabras provenientes de diversos ámbitos, enriquecido por el
lenguaje del fútbol y del turf, las jergas de diferentes oficios y profesiones,
la radio, la televisión y muchos otros ambientes que han aportado al lunfardo
una gran cantidad de palabras.
Me quedo con la opinión de José Gobello, escritor, poeta y ensayista argentino que fue fundador,
miembro y presidente de la Academia Porteña del Lunfardo.
Gobello veía al lunfardo como una
expresión distinta dentro del mismo lenguaje, una expresión que por cierto
enriquece el idioma, ya que el lenguaje se crea y recrea a medida que la gente
habla; nunca es algo estático por más que se sistematice en un diccionario o en
una enciclopedia que cada algunos años se actualiza para reflejar el verdadero
lenguaje.
Quizá ya no escuchemos tanto palabras como rechiflado, otario o gavión que
Celedonio Flores usó magistralmente en el tango “Mano a Mano”. Bien vale la
pena invertir un minuto para saber que rechiflado
significa enojado, loco o irritado,
o que otario es un adjetivo que
puede significar cándido, o una persona
tonta, necia, fácil de embaucar (por alusión a la otaria, que es el nombre
científico del león marino, un animal de movimientos torpes y que se deja atrapar
con facilidad) y que gavión viene
del portugués en alusión a la palabra gavilán,
que significa picaflor, seductor.
Estas y otras muchas palabras del lunfardo embellecen y llenan de sentido tangos tan lindos como el que estamos escuchando, además de hacer que nos sintamos orgullosos de nuestro idioma.
Estas y otras muchas palabras del lunfardo embellecen y llenan de sentido tangos tan lindos como el que estamos escuchando, además de hacer que nos sintamos orgullosos de nuestro idioma.
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