“A
mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: la juzgo tan eterna como el agua
y como el aire”, escribió Borges en su poema titulado “Fundación mítica de
Buenos Aires”.
Desde
1536, cuando Pedro de Mendoza la fundó por primera vez hasta el día de hoy, en
que se erige como una de las veinte ciudades más importantes del mundo, Buenos
Aires cambió, se transformó y adquirió una fisonomía particular, un aire
porteño que reúne a todos sus habitantes.
Pero
si miramos más de cerca, la ciudad es una trama despareja compuesta por
diferentes barrios, muchos de ellos con características propias. Queremos
contarles las particularidades de algunos barrios porteños.
Agronomía,
por ejemplo, es un barrio que gira alrededor de un gran parque que supo tener varios nombres y que
finalmente adoptó el del “Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria”, que
es su centro desde principios del siglo XX.
Los
límites de las instalaciones de la Facultad de Veterinaria albergan animales
como perros, gatos y hasta vacas, caballos y llamas. El enorme parque que lo
rodea es un punto de encuentro entre los residentes para andar en bicicleta,
jugar un picadito o disfrutar de un buen picnic en primavera. Julio Cortázar
fue vecino de este barrio porteño por excelencia.
Si
vamos más hacia el centro y llegamos a Balvanera, por ejemplo, podemos imaginar
cómo era nuestra ciudad en sus comienzos: un verdadero mosaico de
colectividades diferentes.
La
comunidad judía se instaló en torno a la Avenida Corrientes. La zona del Abasto
fue cuna de italianos y criollos; en la década del 70 fue la ubicación elegida
por inmigrantes chinos y coreanos y hacia el sur hay muchas tiendas árabes. Al
Abasto le decimos también Once y Congreso, que son dos de las tantísimas zonas
que atraviesa la Avenida Rivadavia, una de las arterias principales de nuestra
ciudad.
Y
si de inmigrantes hablamos, no podemos dejar de mencionar a Villa Crespo, que
aunque contó entre sus vecinos a personalidades famosas del tango como Osvaldo
Pugliese y Celedonio Flores, es una zona de marcado perfil cosmopolita y el
lugar elegido por inmigrantes italianos, vascos, griegos y judíos.
En
sus orígenes, San Telmo y Monserrat estuvieron habitados por esclavos negros
que realizaban tareas en el puerto. Heredamos de esa época la cultura del
carnaval y del candombe.
Hacia
1871, cuando la fiebre amarilla diezmó la población de Buenos Aires, San Telmo
fue el barrio más afectado por la epidemia. Las familias más adineradas
emigraron hacia el norte y sus casas, abandonadas, se convirtieron en
conventillos. Hoy es uno de los barrios preferidos por los turistas que
concurren con muchos jóvenes porteños a la Plaza Dorrego en busca de diversión
y buena música.
El
origen del barrio de Palermo se
remonta a los comienzos del 1600, cuando Juan Domínguez Palermo compró un gran
número de tierras en la zona, a bajo costo por ser pantanosas, y comenzó a
cultivar viñedos y criar ganados.
A fines
del siglo XIX se desarrolló el arrabal en las tierras adyacentes al arroyo
Maldonado, donde frecuentemente se ubicaban los sectores marginales y abundaban
las viviendas de malevos y los prostíbulos, como se retrata en varios cuentos
de Borges.
Hoy es
uno de los barrios de la ciudad más visitados por el turismo, además de ser uno
de los más extensos, donde se concentra una gran variedad de atracciones: la
costanera, el hipódromo, los parques, entre los cuales se destaca el Rosedal.
Encontramos también el Planetario, un centro de exposiciones de temas
astronómicos, la tradicional Sociedad Rural, el Zoológico de la ciudad y el
Jardín Botánico, que alberga cerca de 7000 especies vegetales. Además, hay
numerosos shoppings.
Puerto
Madero tiene una historia muy reciente. Es un barrio moderno y exclusivo y sus
protagonistas son la Reserva Ecológica y la Fuente Monumental de las Nereidas,
una increíble escultura de mármol de Lola Mora que representa el nacimiento de
la diosa Venus asistido por las nereidas.
Este
singular barrio porteño tiene una gran presencia femenina, ya que sus calles
llevan los nombres de algunas de las mujeres más destacadas de la historia
argentina.
Pero
a pesar de la trama de damero que ofrece la geografía de la ciudad de Buenos
Aires, cualquiera se puede perder en el misterioso barrio de Parque Chas.
Barrio joven, de aspecto laberíntico, que se originó allá por 1925, cuando el
terrateniente Vicente Chas loteó sus tierras para construir un barrio obrero de
veinte casas. Desde entonces, Parque Chas no ha dejado de crecer.
Elegir
siempre supone renunciar a algo. ¿Por qué hemos hablado hoy de estos barrios y
no de Mataderos, Pompeya, Monte Castro, Retiro, Villa Luro o cualquier otro de
los 48 que conforman nuestra ciudad?
Quizá
simplemente porque este sea solo un comienzo para recorrer Buenos Aires con la
imaginación, allí desde donde ustedes estén escuchando la radio. Desde sus
trabajos, sus casas, el auto o caminando por alguna callecita con los
auriculares puestos.
En
este espacio creemos que la ciudad es más que sus barrios: es también la voz de
sus vecinos. Por eso los invitamos a que nos cuenten lo que quieran sobre sus
calles, sus edificios o sus plazas preferidas. O sobre aquello que les llama la
atención y los invita a comunicar algo sobre nuestra ciudad.
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