domingo, 18 de agosto de 2013

El deseo

Hoy les propongo que hablemos del deseo. “Dicese del anhelo de saciar un gusto” lo define Wikipedia.  “A cada deseo le precede un sentimiento, se puede decir que al deseo sexual le precede un sentimiento de atracción. El deseo y su satisfacción, forman parte de la naturaleza humana.”
A su vez el diccionario Word reference  lo define como “una fuerte inclinación de la voluntad hacia el conocimiento, consecución y disfrute de algo. En algunos casos el individuo guiado por las emociones obtiene lo que desea sin importar las consecuencias de las acciones realizadas, en otros el deseo impulsa al individuo a hacer grandes sacrificios desinteresados para satisfacer esa necesidad, cuando no se obtiene lo deseado el fracaso lo lleva a un estado de frustración e insatisfacción existencial, pero cuando lo obtiene una sensación de satisfacción y plenitud crea un estado de felicidad.”
En su libro “El alma está en el cerebro” el famoso escritor Eduard Punset afirma que “el deseo nos saca de nosotros mismos, nos desubica, nos dispara y proyecta, nos vuelve excesivos, hace que vivamos en la improvisación, el desorden y el capricho, máximas expresiones de la libertad llevada al paroxismo.”
Continúa diciendo: “El deseo reivindica la vida, el placer, la autorrealización, la libertad. Unos planifican su vida, mientras que otros la viven al ritmo que les marca el deseo. El deseo de vivir y de hacerlo a su manera. Por eso sus autobiografías son más descriptivas que explicativas, pues sus vidas no tanto se deben a los resultados u objetivos cumplidos sino al sentido inherente al mismo proceso de vivir. Y este proceso lo establece siempre el deseo.
Punset comenta que si bien el deseo rebosa incertidumbre acerca del itinerario, a muchas personas les garantiza la seguridad en cuanto a los pasos dados. Bien entendido el deseo no es una voz oscura, confusa y estúpida, sino que en una persona madura, es luminosa, clara e inteligente. Las emociones están en la base de los deseos y de la inteligencia se dice que es emocional. Visto de este modo, el deseo se convierte en el portavoz de uno mismo.
El deseo ha sido relacionado con el amor en muchas oportunidades y más que con el amor se lo ha relacionado con el sexo. Pero Punset dice que quienes más plena capacidad de amar tienen son aquellos que no distinguen amor y deseo.
Cuando le preguntan si ser feliz es desear menos Punset aclara que no es desear menos sino que se puede salir de la infelicidad renunciando a tener muchos deseos a la vez. En definitiva no se puede desear todo al mismo tiempo. Él dice que en relación al deseo “hay que rediseñar una nueva tabla
de compromisos: no se puede, cuando se tiene una vivienda, pretender una segunda; enseñar idiomas a los hijos y, por lo tanto, enviarlos a estudiar al extranjero; enrolarlos en la escuela más cara y famosa; tener varios, demasiado seguidos; compaginar la carrera con un segundo trabajo.” Uno puede desear todo lo que quiera pero si uno pretende ser feliz difícilmente puede desearlo todo a la vez.

Y ustedes queridos oyentes ¿cómo funciona en sus vidas el deseo? ¿Los oscurece o los ilumina?
Vicky Detry

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