Hoy me gustaría compartir con ustedes la idea de que
lo obvio no siempre es lo que parece… ¿o si?
Fernando
Botero es un pintor, escultor y dibujante colombiano. Según la definición de
Wikipedia, la cual comparto: “Icono universal del arte”.
“La
obra de su autoría lleva impreso un original estilo figurativo neo renacentista
contemporáneo, denominado por algunos como "Boterismo", el cual le da
una identidad inconfundible y conmovedora a las mismas, y se caracteriza por la
interpretación que da el artista a diversas temáticas universales con una volumetría exaltada, que
impregna de un especial carácter tridimensional, así como de fuerza y sensualidad a la obra,
junto a una concepción anatómica particular.”
Justamente
esta inmensidad en la figura es donde me quiero detener. A simple vista tanto
las esculturas como las pinturas maravillosas de Botero dan cuenta de mujeres y
hombres gordos. “Las gordas de Botero” es una expresión comúnmente utilizada.
También los niños y los animales aparecen como regordetes o redondos. En una
entrevista realizada por el sitio de internet ABC.es, el pintor colombiano Fernando Botero, dice "no he pintado
una gorda en mi vida", y que lo que ha hecho es tratar de dar al volumen
"un protagonismo muy grande". La exaltación de lo inmenso, de lo
monumental. Son figuras enormes que dan una sensación de sensualidad y belleza.
El arte es
básicamente la expresión de una idea. Lo que vemos, lo que aparece ante
nuestros ojos puede tener un correlato inmediato con esa idea… o no. En muchos
casos aquella idea que subyace en la obra del artista se nos hace presente
fácilmente, sin tener que buscar mucho tiempo, ni tener que ahondar o escarbar
en algún pequeño rincón de nuestra mente para ver qué aparece. En otros,
creemos entender rápidamente: 2 + 2 es 4. Botero pinta gordas. Pero como dice
él en cuanta oportunidad se le presente que él no pinta gordos pero que la
gente no le cree.
Ahora bien,
dice José de la Colina en la publicación Letras Libres: “Botero se retuerce, se
defiende, se enfrenta a todo el mundo alegando que nunca ha pintado un solo
gordo, una sola gorda, ninguna especie de gordura; que los personajes que posan
y pesan en sus lienzos, son seres, digamos, normales, pero a los cuales la
mirada calculadamente técnica del pintor, su voluntad de metier, los ha hecho
pasar por un pensamiento volumétrico.”
La realidad
es como también se ha dicho mucho por ahí, posiblemente la concepción estética
que subyace a su pintura sea la exaltación del volumen y él realice esta exaltación
con la libertad estética del artista.
Pero hay una
pregunta que nos acerca José de la Colina. Él dice que en el arte si queremos
tener una mínima seriedad, las cosas han de definirse por el punto de llegada,
no el de partida. Dice: “Es decir que Botero parte de pintar volúmenes pero
finalmente, quiera o no quiera, resulta pintando gordos.”
Entonces
amigos oyentes, tiro la pregunta al aire y los interpelo, Botero, ¿pinta o no
pinta gordos?
Vicky Detry
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