martes, 14 de mayo de 2013

Reflexión sobre Bertolt Brecht


Seguramente conocen esta frase equívocamente atribuida a Bertolt Brecht "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí".
El autor de estas líneas en una versión aproximada, ya que se han transmitido oralmente, es Martín Niemöller, un pastor luterano alemán que las utilizo como parte de un sermón en Semana Santa de 1946 bajo el título ¿Qué hubiera dicho Jesucristo?.
Pero Bertolt Brecht las usó en una de sus obras porque es un texto con el que imagino estaría de acuerdo. Todas las obras de Brecht están absolutamente ligadas a razones políticas e históricas y tienen un sobresaliente desarrollo estético. En Brecht se encuentran siempre unidos el fondo y la forma, la estética y los ideales.
Brecht que fue uno de los más influyentes poetas y dramaturgos del siglo XX. Desarrolló una nueva forma de teatro que se prestaba a representar la realidad de los tiempos modernos.
Además de conmover los sentimientos, obligaba al público a pensar; en las representaciones teatrales nada se daba por sentado y obligaba al espectador a sacar sus propias conclusiones. Hasta el fin de su vida sostuvo la tesis de que el teatro podía contribuir a modificar el mundo.
Brecht es el prototipo de intelectual revolucionario que ha tratado descifrar la realidad a través del arte. Y transformarla, porque la realidad podía y debía ser transformada y esto lo expresa brillantemente en su poema “No aceptes”, que dice así:
No.
No aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden,
de confusión organizada,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar.
Silvio Rodríguez toma una cita de Brecht para la introducción de su tema “Sueño con serpientes” que seguramente conocen pero que vale la pena recordar: “Hay hombres que luchan un día y son buenos, otros luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los que luchan toda la vida, y esos son los imprescindibles”.
Desde el primer momento, Brecth combatió al nazismo con su actividad y con su inteligencia: Dirigió junto a otros intelectuales, la revista Das Wort, que se distribuía desde Moscú, y que será una de las más importantes tribunas de la izquierda intelectual alemana.
Regresó del exilio en 1949 a Alemania del este. En 1955, Brecht recibió el premio Stalin de la paz y un año después falleció en Berlín del Este. Hoy quisimos recordarlo desde este espacio.
Natalia Peroni

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