lunes, 16 de septiembre de 2013

Para transportar un bebé

Hoy quería compartir con ustedes una reflexión sobre el contraste que presentan a veces distintas situaciones con las cuales convivimos cotidianamente.
Hace algunas semanas vi como una madre boliviana se preparaba para salir con su hijo de 8 meses. Con un brazo sostenía un varón de aproximadamente 6 o 7 kg. Con la mano libre buscó un trozo de tela de colores vivos con forma de cuadrado, de aproximadamente 1,5 mts de lado. Esa tela se llama hawayo y aunque estimo que en este caso era de corte industrial, es una artesanía  tejida desde hace muchísimas generaciones en muchas poblaciones del norte de nuestro país y de países limítrofes, como Bolivia.
La madre extendió el hawayo en el piso de tierra formado una figura de rombo. Acomodó el bebe en el centro sin sacarle la manta que lo tenía envuelto.
Dobló el extremo inferior del hawayo hacia arriba, tapando los pies del bebe. Agarró los dos extremos de los costados, uno con cada mano y fue subiendo la manta de colores vivos muy despacito. Pasó las dos puntas laterales a la mano izquierda y con la derecha acomodó el extremo superior de la manta hacia afuera. El bebe había empezado a llorar pero la madre continuo haciendo todo con mucha tranquilidad porque  sabía que se dormiría nuevamente en unos minutos.
Volvió a tomar una punta con la mano derecha y con cuidado se calzó el hawayo en la espalda. El extremo izquierdo lo pasó por debajo de su axila y el derecho por encima del hombro contrario y ató las dos puntas con un nudo doble a la altura del pecho. El bebe se acomodó sobre la espalda de su madre y mágicamente, dejo de llorar.
La otra cara del contraste  del que había comenzado a hablarles, se encuentra ejemplificada con los diversos modelos de cochecitos que podemos adquirir en el mercado. Los hay de todos modelos y tamaños. Por ejemplo, coche cuna mecedor 5 en 1, coche cuna travel system más butaca con base, coche cuna rebatible más butaca. Puede tener desde 4 hasta 8 ruedas, sombrilla, cierre, huevito desmontable, asiento rebatible y otros elementos más para el transporte confortable para los bebes.
Me pregunto cuál será la forma más confortable para el bebé. Estoy segura que ambas deben tener sus pro y sus contras. Por un lado, el cuerpo de la madre tan cercano a la piel de bebe, su olor, su respiración que acompaña el bamboleo de su cuerpo moviéndose. Por otro, el diseño ergonómico de un cochecito moderno, pensado para satisfacer todas las comodidades de un bebe que queremos llevar de un lado a otro cuando no lo hacemos a upa.
Una misma situación que es resuelta de dos formas diferentes y que me hicieron pensar en los contrastes que presentan a veces la convivencia de dos culturas.
Pensar en la seguridad de que los adelantos tecnológicos resuelven muchas cosas de nuestra vida cotidiana. Y descubrir que hubo y hay otras formas de resolverlas.

Y ratificar la creencia de que sólo el respeto por las costumbres puede asegurarnos una convivencia pacífica y enriquecedora entre todos nosotros.
Natalia Peroni

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