martes, 28 de mayo de 2013

Obituarios

Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión sobre los obituarios. El obituario es una nota que intenta dar cuenta del significado de la vida de alguien. Generalmente los diarios o agencias de noticias tienen preparados los obituarios de personas famosas o influyentes para que luego de su fallecimiento, cuenten con una nota extensa y detallada sobre sus logros, sus aciertos y su contribución a la humanidad.
Se los conoce como obituarios pre-escritos que no es lo mismo que obituarios prematuros, que son aquellos que por error o mala fe, son publicados antes del fallecimiento de la persona en cuestión.
El conocido periódico estadounidense New York Times dijo en una oportunidad que disponían generalmente de un archivo de 1200 obituarios pre-escritos. Por su parte, el British Medical Journal anima a doctores y afiliados para que escriban sus propios obituarios para ser publicados a posterioridad del propio fallecimiento.
Yo no creo que nadie me pida alguna vez que escriba el mío. Lo cual considero que es una lástima, porque creo que pocas personas me conocen tan bien como yo. De todos modos decidí escribirlo respondiendo a algunas preguntas tales como la forma en que me gustaría que me recuerden, algunas cosas que quise y no pude hacer, mis mayores logros y conquistas, mis deseos para mis seres queridos y el mundo en general entre otras.
Y aunque parezca este un tema un tanto lúgubre en un espacio que le damos luz a las buenas noticias, créanme que no es así. Escribir un obituario es un poco resignificar la vida. Es verla desde la inmensidad del tiempo que, luego de nuestra muerte, deja de contar en horas, días y semanas y se mide en eternidad.
Porque si lo pensamos un momento, seremos en este mundo el recuerdo de otros. De esos otros a quienes todavía tenemos oportunidad de tenderle una mano, escuchar sus historias o abrazar con fuerza. Pensar en el día que no estaremos con ellos es un buen aliciente para decidirnos a promover ese encuentro.
Además, reflexionar sobre ese día en que ya no seremos parte del caótico devenir de la humanidad, nos ayuda a entender que los pequeños contratiempos de nuestro día a día no son más que eso, pequeños contratiempos. Nos hacemos problemas por tantas cosas que no valen la pena cuando las evaluamos a la luz de la dimensión de una vida, nuestra vida, en términos de toda la eternidad.
Ahora bien, dudo que mi obituario personal recién escrito y celosamente guardado vea la luz antes de tiempo. Fundamentalmente porque ningún diario o publicación tendría interés en publicarlo. Solo aquellas personas famosas tienen obituarios pre-escritos por los medios y no peco de falta modestia reconociendo mi relativamente ignota presencia por este mundo.
Pero hubo casos en los que sucedió que el obituario saliera por error antes de tiempo. El de Steve JObs fue muy conocido.  El 28 de agosto de 2008 el servicio de noticias de empresa Bloomberg publicó por error un obituario de Jobs de 2500 palabras. Aunque el error se rectificó inmediatamente, muchas agencias de noticias escribieron sobre él, intensificando los rumores sobre la salud de Jobs que ya se sabía públicamente deteriorada.

 Jobs respondió en el discurso de apertura de “Let's Rock” de septiembre de 2008 citando a Mark Twain: “Las noticias de mi muerte son muy exageradas.” En un acto posterior Jobs terminó su presentación con una diapositiva en la que se leía “110/70”, en referencia a su presión sanguínea, y dijo que no respondería más preguntas sobre su salud.
Natalia Peroni

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