viernes, 24 de mayo de 2013

La familia como riel

Hoy quiero hablarles de qué le pasa x la cabeza a un joven de 21 años cuando padece una enfermedad grave. Para esto quiero compartir con ustedes fragmentos de una carta que escribió el hijo de una amiga, Lucas de 21 años, que tiene cáncer. Dice así:
“Querida Familia y Amigos,
Hace poco me pidieron preparar un discurso para el equipo de rugby de mi hermano. Me pasé la semana pensando qué decirles para motivar al equipo, y me di cuenta que había tantas cosas que me gustaría compartir con esta familia tan unida que me apoyo tanto durante este proceso jodido que me toco vivir.” 
“La vida no te espera, ni te advierte de momentos difíciles que estén a la vuelta.  Sin embargo, la próxima cuadra puede ser muy distinta y ocultar obstáculos a los que nunca te habías enfrentado. Esta vez me toco a mí, pero en el futuro les puede tocar a otros. Quiero contarles todo lo que uno puede sacar y aprender de una situación horrible.” 
“Me encontré un tumor mientras estudiaba en la facultad. Fue un día muy triste para mí porque sabía exactamente qué significaba esa pelota que me encontré. Estaba asustado, embolado, desesperado, y confundido de todas las maneras que te podes imaginar.”
Lucas continua diciendo:”Pensé “típico, todo esta mierda me pasa siempre a mi”. Me esperaba pasar unos meses muy difíciles pero lo que nunca me imagine fueron todas las lecciones que se pueden aprender durante esos momentos. Muchos dicen que cuando estás perdiendo es cuando realmente te das cuenta de  lo que sos capas de hacer. Cuando uno tiene la espalda contra la pared es cuando más encuentra la fuerza de voluntad que lleva por dentro. Estoy hablando del carácter y la fuerza de levantarte y seguir caminando cuando la vida te pega una piña en la cara. Ese es el carácter necesario para enfrentar estas situaciones y es ese carácter que veo todos los días en mis amigos y familia.”
Continúa Lucas: “El otro día un amigo me pregunto qué fue lo que más te ayudo con la quimioterapia y yo sin dudar un segundo le conteste “mi familia”. Esta familia tan unida y estos amigos fueron mi fuente de fuerza. Siempre que pasé por una semana de quimio tenía un pariente o un amigo presente conmigo, todos dejando sus vidas de lado.”
“Hoy en día estoy eternamente agradecido por lo que me pasó. No solo me hizo más fuerte a mí, sino a mi familia y a toda aquella gente a mí alrededor. Todos eso simples actos de caridad son los que demuestra el amor de la gente hacia uno.”
Y termina diciendo Lucas: “Aunque no haya terminado el proceso aun, les quiero agradecer a todos. Es como enfrentas los obstáculos la parte importante. Quiero que cuando se estén cayendo y se les vayan las fuerzas de las rodillas que se agarren del riel que es la familia y se apoyen con todo su peso. Van a encontrar que cuando el dolor y la agonía está distribuido entre muchos de repente no te sentís tan pesado.”
Hasta aquí la carta. Impresionante como pocas. Y ustedes queridos oyentes ¿de qué riel se agarran? 
Vicky Detry

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