Hoy les
propongo que reflexionemos sobre la autoayuda.
La definición que nos ofrece el Free
Dictionary en internet dice: “Ayuda que una persona se presta a sí misma,
basada en técnicas de psicología efectiva y superación personal, para controlar
la ansiedad, recuperar la autoestima, desarrollar la personalidad, lograr el
éxito profesional, etc.”
Debo reconocer que el concepto de autoayuda
siempre me produjo un pequeño escozor en el estómago, una cierta desconfianza.
Asociaba la autoayuda con frases tales como “Tú puedes”, “Cree en ti mismo y lo
lograrás.” Me sonaban a recetas prefabricadas. Frases publicitarias para vender
libros vacíos de contenido.
Hace poco leí una entrevista que le
realizaron al Lic. Gabriel Rolón sobre este tema. El dice: “Descreo totalmente de eso que se llama autoayuda. Si algo ha
venido a descubrir el psicoanálisis es la existencia del inconsciente, lo que
hace que debamos reconocer que siempre estamos atravesados por algunas
ambivalencias, que queremos y no queremos la misma cosa. Plantear la idea de autoayuda es
pensar que esto no existe, que alguien tiene solamente un “yo” que puede tomar
una decisión consciente y llevarla adelante sólo a fuerza de voluntad.”
En este punto podríamos estar de acuerdo. Si
pensamos, por ejemplo, en una persona que no tiene trabajo y le decimos que
sólo con su fuerza de voluntad lo va a conseguir. Es claro que hay cosas que no
dependen sólo de la voluntad.
Ahora bien, el concepto mismo de autoayuda
parece un contrasentido. Auto - ayuda sería una ayuda que uno se imparte a sí
mismo pero la realidad es que es una ayuda que viene desde afuera de uno mismo.
A través de una historia de superación que leemos en algún libro o de una
charla que escuchamos o de una técnica que alguien nos trasmite. En definitiva
es creer en que algo o alguien nos va a dar una solución para un problema que
tenemos.
Aquí es donde empecé a entender que la
autoayuda se relaciona con la fe. Entonces busqué la definición de fe: “Creencia
en algo sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la
razón” Pero también “Confianza en el
éxito de alguien o algo”, “Testimonio, aseveración de que una cosa es cierta”,
“Promesa”.
Miles y miles de personas leen libros de
autoayuda. Existen millones de publicaciones sobre el tema. Personas de los más
diferentes estratos sociales las consumen y de las más diversas ideologías.
Tanto personalidades de renombre como el simple hijo del vecino pregonan
teorías diversas basadas en este concepto. Pero, sería poco serio, queridos
oyentes, que yo en este punto les dijera “tantantantan, millones de moscas no
pueden estar equivocadas.”
Entonces vuelvo a la fe. Concuerdo con la
teoría del Lic. Rolón y digo “La voluntad no mueve montañas”. Pero la fe si las
mueve. O por lo menos eso es lo que creemos la mayoría de los seres humanos. Y
entonces salimos desesperados a comprar esas teorías que nos venden personas en
las cuales creemos, o, en las que queremos creer. No importa.
Necesitamos recetas y técnicas que nos den
soluciones, que nos calmen la angustia, que nos resuelvan nuestros problemas.
Pero, fundamentalmente, necesitamos tener
fe en que esa autoayuda nos va a dar la solución, nos va a calmar la
angustia y a resolver nuestros problemas. Es una promesa de superación. Tener
fe en que lo que viene, va a ser mejor.
Y ustedes qué opinan queridos oyentes ¿los ayuda
la autoayuda?Vicky Detry
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