Pilar
Sordo es una psicóloga chilena que da conferencias y seminarios en distintos
países sobre diversos temas, entre ellos la diferencia y complementariedad
entre hombres y mujeres. Sobre ese tema trata su primer libro, titulado justamente
“¡Viva la diferencia!”
Esta
obra es el resultado de cuatro años de una exhaustiva investigación de la
autora para ayudarnos a reconocer ciertas características que conformarían lo
masculino y lo femenino, con la idea de traspasar los géneros y encontrar una
nueva posibilidad de ser personas más armónicas y universales.
El
estilo de Pilar Sordo incluye un sentido del humor sutil y desafiante, que hace
que la lectura resulte amena y entretenida, sin por ello restarle profundidad
ni realismo.
El
capítulo V, por ejemplo, comienza así: “Érase
una vez es una expresión que todos hemos escuchado y que –una vez pasada la
infancia- nos genera algún tipo de melancolía o recuerdos en relación a esa
etapa de nuestras vidas. Nos hayan o no contado o leído alguno de estos cuentos
tradicionales, ellos parecen formar parte del inconsciente colectivo de nuestra
cultura y, por lo mismo, parecieran determinar o predeterminar muchas de
nuestras conductas psicológicas a lo largo del tiempo”
“En
cuentos tan populares como La Cenicienta
y Blancanieves” –sostiene la autora- “las mujeres esperan a un hombre
que las saque de su estado de infelicidad, que las resucite, las despierte del
letargo para hacerlas felices, pues están “medio muertas” por la ausencia de
ellos”.
“En
cuentos como estos las mujeres por sí mismas parecieran no ser protagonistas de
nada, pues tan solo están a la espera de un hombre que debe llegar, descubrirlas
y rescatarlas para poder así ser felices”.
“En
lenguaje actual” –continúa Pilar Sordo- “tanto la bella durmiente como
Blancanieves se encuentran en estado de coma hasta que llega un señor que nadie
conoce mucho, pero que con un solo beso las resucita. Esto quiere decir –y nos
enseña- que los hombres nos dan la vida que nosotras no tenemos.”
“Además,
no está de más recalcar que la causa de la infelicidad de estas protagonistas
–en estos como en otros cuentos- está determinada por otras mujeres: en el caso
de la Cenicienta son la madrastra y las hermanastras quienes la hacen
experimentar una vida de abusos e infelicidad. Es una mujer –también madrastra-
la que envenena a Blancanieves”.
“Estas
historias” –afirma la autora- “nos muestran desde nuestra más tierna infancia a
personajes cuyas relaciones estarían marcadas por la envidia, la rabia interna
o el deseo de venganza. Por otra parte, este tipo de conducta femenina –según
lo determinan los cuentos de hadas- obliga a los hombres a tener que ser
príncipes y cumplir, por ende, con una cantidad enorme de requisitos: tener
posición social, estabilidad anímica, condiciones naturales de gentileza,
ternura, belleza, estabilidad socio-económica, proyección como buen padre,
etcétera. Porque así son los príncipes perfectos”.
“Ellos,
por lo tanto, también serán desde muy pequeños determinados para ser
susceptibles a caer en el juego de tratar de complacer al resto, intentando
cumplir con esta cantidad de exigencias. También querrán ser príncipes y cubrir
todas nuestras expectativas”.
“Así
las cosas” –continúa Pilar Sordo- “aprendemos a través de estos cuentos que los
hombres nos resucitan, que la felicidad se logra solo en la medida en que hay
otro que la produce, que los hombres deben hacernos sentir y cumplir nuestros
deseos en cuanto estos van surgiendo”.
“Cuando
llega el príncipe a mi vida (…) se supone que lo reconozco de inmediato. No
existe en estos cuentos el tiempo necesario para el conocimiento mutuo ni las
experiencias que enseñan a descubrir lo que no me gusta del otro; en ellos el
aprendizaje es instantáneo: Yo lo veo y
sé que es él. Algo más: junto con reconocerlo, tengo que dejar todo por ese
hombre, pues me garantiza que voy a ser
feliz para siempre”.
Queridos
oyentes, no les voy a contar cómo sigue el libro ni las consecuencias que este
pensamiento mágico ha tenido en la vida de muchos de los hombres y las mujeres
que han crecido bajo su influencia. De hecho, muchos de ustedes habrán
experimentado esa influencia.
Solo
les adelanto que Pilar Sordo propone modos de romper ese hechizo maléfico que
nos coloca –tanto a nosotras como a ellos- en situaciones desventajosas y nos
alejan de quienes en realidad podrían llegar a ser nuestros mejores compañeros
de ruta.
Clarina Pertiné
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