domingo, 11 de noviembre de 2012

¡Viva la diferencia!


Pilar Sordo es una psicóloga chilena que da conferencias y seminarios en distintos países sobre diversos temas, entre ellos la diferencia y complementariedad entre hombres y mujeres. Sobre ese tema trata su primer libro, titulado justamente “¡Viva la diferencia!”
Esta obra es el resultado de cuatro años de una exhaustiva investigación de la autora para ayudarnos a reconocer ciertas características que conformarían lo masculino y lo femenino, con la idea de traspasar los géneros y encontrar una nueva posibilidad de ser personas más armónicas y universales.
El estilo de Pilar Sordo incluye un sentido del humor sutil y desafiante, que hace que la lectura resulte amena y entretenida, sin por ello restarle profundidad ni realismo.
El capítulo V, por ejemplo, comienza así: “Érase una vez es una expresión que todos hemos escuchado y que –una vez pasada la infancia- nos genera algún tipo de melancolía o recuerdos en relación a esa etapa de nuestras vidas. Nos hayan o no contado o leído alguno de estos cuentos tradicionales, ellos parecen formar parte del inconsciente colectivo de nuestra cultura y, por lo mismo, parecieran determinar o predeterminar muchas de nuestras conductas psicológicas a lo largo del tiempo”
“En cuentos tan populares como La Cenicienta  y Blancanieves” –sostiene la autora- “las mujeres esperan a un hombre que las saque de su estado de infelicidad, que las resucite, las despierte del letargo para hacerlas felices, pues están “medio muertas” por la ausencia de ellos”.
“En cuentos como estos las mujeres por sí mismas parecieran no ser protagonistas de nada, pues tan solo están a la espera de un hombre que debe llegar, descubrirlas y rescatarlas para poder así ser felices”.
“En lenguaje actual” –continúa Pilar Sordo- “tanto la bella durmiente como Blancanieves se encuentran en estado de coma hasta que llega un señor que nadie conoce mucho, pero que con un solo beso las resucita. Esto quiere decir –y nos enseña- que los hombres nos dan la vida que nosotras no tenemos.”
“Además, no está de más recalcar que la causa de la infelicidad de estas protagonistas –en estos como en otros cuentos- está determinada por otras mujeres: en el caso de la Cenicienta son la madrastra y las hermanastras quienes la hacen experimentar una vida de abusos e infelicidad. Es una mujer –también madrastra- la que envenena a Blancanieves”.
“Estas historias” –afirma la autora- “nos muestran desde nuestra más tierna infancia a personajes cuyas relaciones estarían marcadas por la envidia, la rabia interna o el deseo de venganza. Por otra parte, este tipo de conducta femenina –según lo determinan los cuentos de hadas- obliga a los hombres a tener que ser príncipes y cumplir, por ende, con una cantidad enorme de requisitos: tener posición social, estabilidad anímica, condiciones naturales de gentileza, ternura, belleza, estabilidad socio-económica, proyección como buen padre, etcétera. Porque así son los príncipes perfectos”.
“Ellos, por lo tanto, también serán desde muy pequeños determinados para ser susceptibles a caer en el juego de tratar de complacer al resto, intentando cumplir con esta cantidad de exigencias. También querrán ser príncipes y cubrir todas nuestras expectativas”.
“Así las cosas” –continúa Pilar Sordo- “aprendemos a través de estos cuentos que los hombres nos resucitan, que la felicidad se logra solo en la medida en que hay otro que la produce, que los hombres deben hacernos sentir y cumplir nuestros deseos en cuanto estos van surgiendo”.
“Cuando llega el príncipe a mi vida (…) se supone que lo reconozco de inmediato. No existe en estos cuentos el tiempo necesario para el conocimiento mutuo ni las experiencias que enseñan a descubrir lo que no me gusta del otro; en ellos el aprendizaje es instantáneo: Yo lo veo y sé que es él. Algo más: junto con reconocerlo, tengo que dejar todo por ese hombre, pues me garantiza que voy a ser feliz para siempre”.
Queridos oyentes, no les voy a contar cómo sigue el libro ni las consecuencias que este pensamiento mágico ha tenido en la vida de muchos de los hombres y las mujeres que han crecido bajo su influencia. De hecho, muchos de ustedes habrán experimentado esa influencia.
Solo les adelanto que Pilar Sordo propone modos de romper ese hechizo maléfico que nos coloca –tanto a nosotras como a ellos- en situaciones desventajosas y nos alejan de quienes en realidad podrían llegar a ser nuestros mejores compañeros de ruta.
Clarina Pertiné

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