domingo, 17 de marzo de 2013

Imaginación y creatividad


Hoy quiero recomendarles muy especialmente el libro de Estanislao Bachrach que se llama AgilMente, publicado en nuestro país con mucho éxito el año pasado. Bachrach es un joven argentino, doctor en Biología Molecular y la propuesta de su libro es describir cómo funciona nuestro cerebro para potenciar la creatividad y vivir mejor.
Me voy a detener en el capítulo sobre los sentidos, cuya estimulación es uno de los pilares de la creatividad. Los sentidos son los responsables de juntar información del ambiente para que se produzca el proceso de la percepción.
Usamos la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto para entender el mundo. Mediante los sentidos, ingresamos un cúmulo enorme de información al cerebro que luego va a tener una gran influencia en nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestra personalidad.
Imagínense una autopista donde circularan un promedio de once millones de autos por segundo ingresando a una gran ciudad. Esa cantidad aproximada, si la medimos en bits, es la cantidad de información que captan nuestros sentidos. Once millones de bits de información por segundo entrando al cerebro, que procesa la gran mayoría de estos estímulos de manera no consciente. Nuestro consciente puede procesar a lo sumo cuarenta bits por segundo.
El mayor ingreso de información se produce a través de la vista. Es verdad que el cerebro simplifica su trabajo y reúne tal cantidad de datos en lo que se llaman estereotipos. Sería muy fatigoso que todas nuestras percepciones le demanden al cerebro el mismo trabajo que el que le demanda procesar la información de algo que vemos por primera vez.
Pero el autor nos convoca a desestructurar nuestra imaginación, a ensanchar estos estereotipos cotidianamente tan necesarios. Nos pide que imaginemos una puesta de sol en Plutón para luego dibujarla. Seguramente nuestro dibujo se parecería mucho a cualquier crepúsculo de la Tierra. Aunque usemos nuestra imaginación con total libertad para representar una puesta de sol en Plutón dibujariamos sin duda en lo que nosotros entendemos por una puesta de sol.
Esto se llama imaginación estructurada. Dice Bachrach que “necesitamos desestructurar nuestra imaginación para explorar fuera de los límites de los conceptos que ya tenemos incorporados en distintas categorías…. Esa imaginación desestructurada nos da la impertinencia de imaginarnos hacer posible lo imposible”.
De esta manera, el desafío de experimentar el mundo de nuevas formas contribuye enormemente a mejorar nuestra imaginación y nuestra creatividad dado que el cerebro reacciona a nuevas percepciones.
 Ir a lugares que nunca fuimos para oler, escuchar y ver cosas que nunca experimentamos. Ir a un museo y descubrir los distintos objetos de arte, escuchar música compleja o sencillamente cambiar ese camino que realizamos todos los días para ir al trabajo. Estas son pequeñas acciones que generan nueva información y nuevas experiencias que mantienen a nuestro cerebro en buena forma.
“Nuestros patrones de pensamiento, hábitos y rutinas, se van acumulando a medida que crecemos. Gracias a ellos podemos simplificar muchas cosas y realizar la mayoría de nuestras tareas rutinarias de manera rápida y adecuada.”
“Para ser creativos debemos generar variaciones a través de la combinación y la mezcla de conceptos diferentes que cambien esos patrones de pensamiento y nos provean de una variedad de alternativas nuevas”
Natalia Peroni

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