jueves, 1 de noviembre de 2012

Agenda emocional


El domingo 21 de octubre, día de la madre, La Revista del diario “La Nación” publicó un artículo escrito por Eduardo Chaktoura, psicólogo y periodista. El artículo se titula “Ocio” y hoy lo comparto con ustedes porque me parece muy interesante y útil.
Dice así: “Somos muchos los terapeutas que recomendamos a ciertos pacientes que intenten llevar registro de sus actividades diarias. ¿Lo pensaste alguna vez? También aconsejamos que apunten palabras sueltas o frases que reflejen sensaciones y pensamientos. ¿Qué emociones suelen jugarse en tu día a día? ¿Hay sentimientos recurrentes: cansancio, ansiedad, intolerancia?”
Y continúa: “No creo que sea demasiado original pero yo la llamo agenda emocional, y a muchos les ha cambiado la mirada de cómo transitar por la vida y  los ha ayudado a regularizar su salud física y emocional.”
“Hacemos tan mal uso de la temporalidad” –sostiene el autor- “que no es difícil entender cuál sería una de las causas principales de los cuadros clásicos de ansiedad, estrés e, incluso, depresión. Si pensamos en el significado de la palabra ocio coincidiremos en que, por mandato, la hemos confundido con la vagancia.”
“¿Qué conocemos como tiempo ocioso?” -pregunta Eduardo Chaktoura-. “¿Cuántos tipos de tiempo creemos que hay? ¿En qué quedó esto del tiempo al tiempo?”
“El profesor en Psicología Mihaly Csikszentmihalyi, pionero de la llamada psicología de la vida cotidiana, propone pensarnos en torno a tres ejes temporales: el trabajo, el mantenimiento y el ocio.
“El trabajo sería el tiempo que dedicamos a generar dinero para la supervivencia y la comodidad. El tiempo destinado al mantenimiento son las horas que destinamos a conservar el cuerpo (comer, asearse, vestirse, etcétera), a movilizarnos (conducir, usar transportes públicos) y a realizar las tareas domésticas (cocinar, comprar, limpiar). De hecho, tal como señala Csikszentmihalyi: ‘Trabajamo duro solo para conservar el cuerpo y sus posesiones´”.
“Durante el tiempo libre o de ocio nos entregamos a lo que los griegos llamaban dedicar el tiempo al desarrollo de uno mismo: el aprendizaje, las artes y la actividad política.
“Hoy, tal como señala el autor” –continúa Sinay- aquella visión erudita se traduce en tres principales actividades: ‘El consumo de medios de comunicación, principalmente de la televisión, con unas gotas de lectura de diarios y revistas; la conversación y una tercera instancia de utilización más activa del tiempo libre y, por ello, la más cercana al viejo ideal, destinada a las aficiones: tocar música, practicar deportes y hacer ejercicios físicos, ir a restaurantes y ver películas’.”
“Más allá de la agenda (que recomiendo) –finaliza Eduardo Chaktoura- otra forma de mirar el uso del tiempo sería dividir la torta en tres: limón (trabajo), vainilla (mantenimiento) y chocolate (ocio).”
“¿Qué porcentaje de cada sabor tiene nuestro pastel? ¿Solemos cocinar o comprar bizcochuelos en el super? ¿Cuán obsesionados estamos con sacar la torta del horno antes de tiempo? ¿Con cuánta velocidad devoramos? ¿Alguna vez percibimos la esponjosidad, la temperatura, el aroma y el color de la torta?”
Así termina el artículo de Eduardo Chaktoura, con interrogantes que hoy les propongo que nos hagamos, para empezar a darnos cuenta de cómo vivimos nuestra vida cotidiana; para descubrir si se nos pasan las horas del día casi sin registrar lo que nos sucede, o si en verdad podemos estar presentes en cada instante, con la consciencia atenta a todo aquello que  pueda hacer de nuestra vida un delicioso y equilibrado manjar de tres sabores inigualables.
Clarina Pertiné

No hay comentarios:

Publicar un comentario