lunes, 12 de noviembre de 2012

La escuela de las artes femeninas


Hoy les propongo que hablemos del placer. Ese sentimiento que no ha tenido demasiada buena prensa en el siglo XX. Pero si nos remitimos a su definición, nos vamos a encontrar con que sorpresivamente es necesario para vivir.
“El placer puede ser definido como una sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico, que en su forma natural se manifiesta cuando un individuo consciente satisface plenamente alguna necesidad: ya sea una bebida, una comida, descanso, sexo, diversión.”
“La naturaleza suele asociar la sensación de placer con algún beneficio para la especie y la Filosofía  lo clasifica entre los tipos posibles de felicidad.”
Dicho esto, les cuento que durante los últimos 15 años en los Estados Unidos,  Regena Thomashauer, más conocida como Mama Gena, se ha dedicado a enseñarles a mujeres de todas las edades a, en sus propias palabras, “usar el poder del placer para poder lograr lo que uno quiere en la vida”.
Maestra, madre y autora de varios libros, ha dedicado gran parte de su vida a investigar sobre el placer y sus beneficios. Ella enseña a utilizar el poder del deseo -no del esfuerzo- para lograr objetivos. Dice: “Vas a disfrutar la sensación de placer, alegría y sensualidad y verás cómo el mundo viene hacia ti en vez de lo contrario.”
Fundó una escuela que se llama “Escuela de las Artes Femeninas” donde ella “entra en el corazón y el alma de las mujeres y las ayuda a abrir la leyenda que vive adentro de ellas.”
Su teoría está sustentada en la idea de que a lo largo de la vida, a las mujeres nos enseñan todo tipo de cosas menos a saber qué es ser mujer.
No hay entrenamiento para esto. Dice que generalmente las mujeres somos educadas para garantizar la felicidad de otros pero no la nuestra; cuidar de los otros pero no a nosotras mismas.
La autora sostiene que cuando una mujer logra dar vuelta esa “orden” y comienza a prestarle atención al placer, asegurándose de que con cada decisión que toma se siente bien y eso es gratificante para ella, entonces puede optar por cuestiones que gratifiquen su vida y a su vez mejoren la vida de otros.  La autora afirma: “Mi objetivo es enseñarles cómo convertirse en las mujeres que nacieron para ser y volcarlas a sus propios deseos.”
Continúa diciendo que durante el siglo XX las mujeres tuvimos que ocuparnos de lograr la igualdad. El placer, por lo tanto, no estaba dentro de la agenda. Era un lujo que no nos podíamos dar. Pero la igualdad, si bien es necesaria para una infinidad de asuntos, es inadecuada para el corazón, para el alma, la pasión y el fuego de ser mujer.
El siglo XXI entonces nos acerca al privilegio y al placer de ser una mujer. Ahora es el momento. Dice que el mundo está hambriento de profundizar en esta cuestión. Que la ausencia de placer ha creado una cantidad enorme de sufrimiento. Y que en su escuela ella enseña a cada mujer a celebrar cada parte de ella misma. Sostiene que la simple auto-aceptación ya  no es suficiente. Es el momento de la “auto-celebración”, que es el mínimo requerimiento para vivir una vida poderosa y extraordinaria.
Mama Gena confirma que cada mujer es un fenómeno y que es fantástico saber que tenemos tanto poder en nuestras manos. Sin duda constituye un gran privilegio, pero también una gran responsabilidad. Según su opinión, las mujeres no hemos sido conscientes de la oportunidad y de lo divertido que es haber nacido mujeres.
Siempre nos han dicho que el placer es frívolo, peligroso e improductivo. Varios rasgos negativos fueron asociados al placer. Pero Mama Gena dice que el placer tiene una importancia enorme, ya que es el tejido conectivo entre un ser humano y su propia fuerza vital.
“Las mujeres son el más grande recurso natural del mundo aún no revelado”, afirma, y dice que no busca que las mujeres respondan y se encorseten en una nueva definición de lo que significa ser mujer. Ella quiere que cada una puede definir su manera de ser mujer y ayudar a que cada mujer aprenda cuáles son las propias herramientas y habilidades para otorgarnos una nueva definición de nosotras mismas en completa celebración de nuestra femineidad.
Y ustedes, queridos amigos, ¿qué opinan? Sabemos que hay muchas mujeres que nos escuchan. A ellas les preguntamos: ¿Nos animaremos a dar este gran salto hacia la revalorización del placer?
Vicky Detry

No hay comentarios:

Publicar un comentario