Hoy les
propongo que hablemos del placer. Ese sentimiento que no ha tenido demasiada
buena prensa en el siglo XX. Pero si nos remitimos a su definición, nos vamos a
encontrar con que sorpresivamente es necesario para vivir.
“El placer
puede ser definido como una sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico, que
en su forma natural se manifiesta cuando un individuo consciente satisface
plenamente alguna necesidad: ya sea una bebida,
una comida, descanso, sexo,
diversión.”
“La naturaleza suele asociar la sensación de
placer con algún beneficio para la especie y la Filosofía lo clasifica entre los tipos posibles de felicidad.”
Dicho esto,
les cuento que durante los últimos 15 años en los Estados Unidos, Regena
Thomashauer, más conocida como Mama Gena, se ha dedicado a enseñarles a mujeres
de todas las edades a, en sus propias palabras, “usar el poder
del placer para poder lograr lo que uno quiere en la vida”.
Maestra,
madre y autora de varios libros, ha dedicado gran parte de su vida a investigar
sobre el placer y sus beneficios. Ella enseña a utilizar el poder del deseo -no
del esfuerzo- para lograr objetivos. Dice: “Vas a disfrutar la sensación de
placer, alegría y sensualidad y verás cómo el mundo viene hacia ti en vez de lo
contrario.”
Fundó una escuela que se llama “Escuela de las Artes Femeninas” donde
ella “entra en el corazón y el alma de las mujeres y las ayuda a abrir la
leyenda que vive adentro de ellas.”
Su teoría está sustentada en la idea de que a
lo largo de la vida, a las mujeres nos enseñan todo tipo de cosas menos a saber
qué es ser mujer.
No hay entrenamiento para esto. Dice que generalmente
las mujeres somos educadas para garantizar la felicidad de otros pero no la
nuestra; cuidar de los otros pero no a nosotras mismas.
La autora sostiene que cuando una mujer logra
dar vuelta esa “orden” y comienza a prestarle atención al placer, asegurándose
de que con cada decisión que toma se siente bien y eso es gratificante para
ella, entonces puede optar por cuestiones que gratifiquen su vida y a su vez
mejoren la vida de otros. La autora
afirma: “Mi objetivo es enseñarles cómo convertirse en las mujeres que nacieron
para ser y volcarlas a sus propios deseos.”
Continúa diciendo que durante el siglo XX las
mujeres tuvimos que ocuparnos de lograr la igualdad. El placer, por lo tanto,
no estaba dentro de la agenda. Era un lujo que no nos podíamos dar. Pero la igualdad,
si bien es necesaria para una infinidad de asuntos, es inadecuada para el corazón,
para el alma, la pasión y el fuego de ser mujer.
El siglo XXI entonces nos acerca al privilegio
y al placer de ser una mujer. Ahora
es el momento. Dice que el mundo está hambriento de profundizar en esta
cuestión. Que la ausencia de placer ha creado una
cantidad enorme de sufrimiento. Y que en su escuela ella enseña a cada mujer a celebrar cada parte de ella misma.
Sostiene que la simple auto-aceptación ya no es suficiente. Es el momento de la “auto-celebración”, que es el mínimo
requerimiento para vivir una vida poderosa y extraordinaria.
Mama Gena confirma que cada mujer es un
fenómeno y que es fantástico saber que tenemos tanto poder en nuestras manos.
Sin duda constituye un gran privilegio, pero también una gran responsabilidad.
Según su opinión, las mujeres no hemos sido conscientes de la oportunidad y de
lo divertido que es haber nacido mujeres.
Siempre nos han dicho que el placer es
frívolo, peligroso e improductivo. Varios rasgos negativos fueron asociados al placer.
Pero Mama Gena dice que el placer tiene una importancia enorme, ya que es el
tejido conectivo entre un ser humano y su propia fuerza vital.
“Las mujeres son el más grande recurso natural
del mundo aún no revelado”, afirma, y dice
que no busca que las mujeres respondan y se encorseten en una nueva definición
de lo que significa ser mujer. Ella quiere que cada una puede definir su manera
de ser mujer y ayudar a que cada mujer aprenda cuáles son las propias
herramientas y habilidades para otorgarnos una nueva definición de nosotras
mismas en completa celebración de nuestra femineidad.
Y ustedes,
queridos amigos, ¿qué opinan? Sabemos que hay muchas mujeres que nos escuchan.
A ellas les preguntamos: ¿Nos animaremos a dar este gran salto hacia la
revalorización del placer?
Vicky Detry
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