Seguramente
ustedes conocen la historia de Antígona, la heroína del mito creada por Sófocles
que fuera representada por primera vez en el año 442 AC. Antígona tenía 3
hermanos, los dos varones habían sido malditos por Edipo, su padre, cuando
descubrió que se había casado con su madre, Yocasta, y los condenó a pelearse
por Tebas.
Cuando
Edipo, rey de Tebas, murió, los muchachos que a la sazón se llamaban Polinices
y Eteocles decidieron repartirse el gobierno de Tebas ejerciendo el reinado
alternadamente un año cada uno. Durante el año en el que uno de ellos no
gobernara, debía ausentarse de Tebas para evitar así la maldición lanzada por
su padre.
Pero
quienes creen que hoy, en el siglo XXI, en Argentina y en el mundo, que el
poder enceguece, deben convencerse que al menos no es un mal de época. Porque
la historia cuenta que Esteocles se negó a cumplir el pacto una vez terminado
su primer año de reinado. Echó a su hermano Polinices de Tebas y entonces éste reunió
un ejército para avanzar contra Esteocles.
Conclusión,
se dieron muerte uno al otro en un duelo singular.
Creonte,
que pasó a ocupar el trono de Tebas, se negó a que el cuerpo de Polinices fuera
sepultado, por haber peleado contra su patria. Sin embargo, Antígona, hermana
de Polinices, desobedeció la orden y le dio sepultura o bien arrojó un puñado
de tierra sobre el cadáver, por lo que Antígona fue encerrada viva en una
tumba, donde murió.
Antígona,
la espectacular heroína de Sófocles, desobedeció a su tío y rey de Tebas porque
creía que las leyes humanas no pueden prevalecer sobre las divinas. Antígona,
al ser interpelada por Creonte, se muestra orgullosa de sus creencias y no teme
las consecuencias.
Antígona se
destaca como uno de los personajes femeninos más grandes y mejor logrados de la
literatura. Representa la firmeza de la conducta acompañada por la convicción
del respeto a los valores fraternales y familiares y la piedad mas resuelta en
el acatamiento de las leyes divinas.
Ha tomado
una decisión basada en el cumplimiento de unas leyes que no se hallan escritas
pero que son inmutables. Antígona cree en la superioridad de estas leyes sobre
las civiles y lucha con su vida por defenderlas.
Más que
atacar a la tiranía y defender el orden democrático, el drama de Sófocles
plantea unos valores éticos y religiosos bastante arraigados cuya exigencia de
cumplimiento es igual para todos los hombres.
Yo no sé si
será por una cuestión de género el hecho de que Antígona me produzca tanta
simpatía e identificación. O quizá porque en algún punto, me gustaría ser
protagonista de una historia semejante, de esas en las cuales se sufre y hasta
se muere por una causa noble. Juana de Arco, Anna Karenina, Jo March y tantas
otras.
Pero
puestos a elegir, los invito a pensar dónde y cuándo se juegan nuestros
valores, nuestros ideales. No siempre la vida nos da la oportunidad de salir a
defenderlos con letras de molde, con acciones cuya repercusión pondría nuestro
nombre como título de un libro o una película. Es más probable que nos toque el
anonimato a que una calle se llame como nosotros.
Es en el
día a día, es en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la calle y como
ciudadanos donde tenemos miles de oportunidades de defenderlos. De jugarnos por
el respeto, la solidaridad, la justicia y tantos otros escenarios que nos
brindan la posibilidad de ser mejores personas.
Son los
héroes cotidianos, anónimos aquellos que tenemos la mayor oportunidad de
construir un mundo mejor.
¿Ustedes
qué piensan sobre esto? ¿Tienen algún personaje heroico que los conmueva?
Natalia Peroni
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