jueves, 4 de octubre de 2012

Heroínas de carne y hueso


Seguramente ustedes conocen la historia de Antígona, la heroína del mito creada por Sófocles que fuera representada por primera vez en el año 442 AC. Antígona tenía 3 hermanos, los dos varones habían sido malditos por Edipo, su padre, cuando descubrió que se había casado con su madre, Yocasta, y los condenó a pelearse por Tebas.
Cuando Edipo, rey de Tebas, murió, los muchachos que a la sazón se llamaban Polinices y Eteocles decidieron repartirse el gobierno de Tebas ejerciendo el reinado alternadamente un año cada uno. Durante el año en el que uno de ellos no gobernara, debía ausentarse de Tebas para evitar así la maldición lanzada por su padre.
Pero quienes creen que hoy, en el siglo XXI, en Argentina y en el mundo, que el poder enceguece, deben convencerse que al menos no es un mal de época. Porque la historia cuenta que Esteocles se negó a cumplir el pacto una vez terminado su primer año de reinado. Echó a su hermano Polinices de Tebas y entonces éste reunió un ejército para avanzar contra Esteocles.
Conclusión, se dieron muerte uno al otro en un duelo singular.
Creonte, que pasó a ocupar el trono de Tebas, se negó a que el cuerpo de Polinices fuera sepultado, por haber peleado contra su patria. Sin embargo, Antígona, hermana de Polinices, desobedeció la orden y le dio sepultura o bien arrojó un puñado de tierra sobre el cadáver, por lo que Antígona fue encerrada viva en una tumba, donde murió.
Antígona, la espectacular heroína de Sófocles, desobedeció a su tío y rey de Tebas porque creía que las leyes humanas no pueden prevalecer sobre las divinas. Antígona, al ser interpelada por Creonte, se muestra orgullosa de sus creencias y no teme las consecuencias.
Antígona se destaca como uno de los personajes femeninos más grandes y mejor logrados de la literatura. Representa la firmeza de la conducta acompañada por la convicción del respeto a los valores fraternales y familiares y la piedad mas resuelta en el acatamiento de las leyes divinas.
Ha tomado una decisión basada en el cumplimiento de unas leyes que no se hallan escritas pero que son inmutables. Antígona cree en la superioridad de estas leyes sobre las civiles y lucha con su vida por defenderlas.
Más que atacar a la tiranía y defender el orden democrático, el drama de Sófocles plantea unos valores éticos y religiosos bastante arraigados cuya exigencia de cumplimiento es igual para todos los hombres.
Yo no sé si será por una cuestión de género el hecho de que Antígona me produzca tanta simpatía e identificación. O quizá porque en algún punto, me gustaría ser protagonista de una historia semejante, de esas en las cuales se sufre y hasta se muere por una causa noble. Juana de Arco, Anna Karenina, Jo March y tantas otras.
Pero puestos a elegir, los invito a pensar dónde y cuándo se juegan nuestros valores, nuestros ideales. No siempre la vida nos da la oportunidad de salir a defenderlos con letras de molde, con acciones cuya repercusión pondría nuestro nombre como título de un libro o una película. Es más probable que nos toque el anonimato a que una calle se llame como nosotros.
Es en el día a día, es en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la calle y como ciudadanos donde tenemos miles de oportunidades de defenderlos. De jugarnos por el respeto, la solidaridad, la justicia y tantos otros escenarios que nos brindan la posibilidad de ser mejores personas.
Son los héroes cotidianos, anónimos aquellos que tenemos la mayor oportunidad de construir un mundo mejor.
¿Ustedes qué piensan sobre esto? ¿Tienen algún personaje heroico que los conmueva?
Natalia Peroni 

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