miércoles, 29 de agosto de 2012

El cuidado del alma


Hoy me gustaría compartir con ustedes un fragmento de la introducción del libro “El cuidado del alma”, cuyo autor es Thomas Moore, psicoterapeuta y escritor especializado en Psicología Arquetípica, Mitología y Arte.

Thomas Moore cita al escritor latino Apuleyo cuando dice que “Todos deberían saber que no se puede vivir de ninguna otra manera que cultivando el alma”.

“Cuidado también puede significar cultivo, vigilancia y participación a medida que la semilla del alma se despliega en la vasta creación que llamamos carácter o personalidad, con una historia, una comunidad, una lengua y una mitología propias”, sostiene Moore.

Y continúa: “El cultivo del alma implica un manejo prudente, durante toda la vida, de la materia prima. Por el momento, podemos decir que el cuidado del alma exige un especial tratamiento artesanal de la vida misma, con una sensibilidad de artista en la manera de hacer las cosas. El alma no se vierte automáticamente en la vida. Exige de nosotros habilidad y atención. El objetivo del trabajo con el alma no es, por consiguiente, adaptarse a las normas aceptadas o una imagen estadística del individuo sano”.

“Su meta es, más bien, una vida ricamente elaborada, conectada con la sociedad y con la naturaleza, entretejida en la cultura de la familia, de la nación y del planeta.

“El cuidado del alma habla a los anhelos que sentimos y a los síntomas que nos enloquecen, pero no es una senda que nos aleje de la sombra ni de la muerte. Una personalidad llena de alma es complicada, multifacética, y está moldeada a la vez por el dolor y el placer, por el éxito y el fracaso. En la vida vivida en plenitud de alma, no faltan los períodos de oscuridad ni los momentos en los que se hacen tonterías. Desprendernos de la fantasía de la salvación nos libera para abrirnos a la posibilidad del conocimiento y la aceptación de nosotros mismos, que son los verdaderos cimientos del alma”.

“El cuidado del alma es estimulante”-prosigue-. El acto de penetrar en los misterios del alma, sin sentimentalismo ni pesimismo, estimula un florecimiento de la vida de acuerdo con sus propios designios y con su propia e imprevisible belleza.”

“El cuidado del alma no consiste en resolver el enigma de la vida; muy al contrario, es una apreciación de los paradójicos misterios que combinan la luz y la oscuridad en la grandeza de lo que pueden llegar a ser la vida y la cultura humanas”.

Thomas Moore finaliza la introducción a su libro “El cuidado del alma” diciendo lo siguiente:

“En estas páginas estudiaremos las importantes diferencias que hay entre cuidado y cura. Examinaremos varias cuestiones frecuentes en la vida diaria que, una vez que dejamos de considerarlas como problemas que hay que resolver, nos dan la oportunidad de cultivar el alma.”

Y se dirige al lector con una recomendación muy especial, que dice así:

“A medida que lea este libro, puede ser conveniente que vaya renunciando a cualquier idea que tenga tanto sobre lo que es vivir con éxito y corrección como en lo que se refiere a entenderse a sí mismo. El alma humana no está hecha para que se la entienda. Le recomiendo que asuma una actitud más relajada y reflexione sobre la forma que ha tomado su vida.”

“Dar un giro a un tema familiar hasta conseguir una forma nueva es a veces más revelador, y en última instancia más importante, que adquirir un nuevo conocimiento y un nuevo conjunto de principios. A menudo, cuando la imaginación da un giro al lugar común y le imprime una forma ligeramente nueva, de pronto vemos al alma allí donde antes estaba oculta.”

“Imaginemos, pues, que el cuidado del alma es una aplicación de la poética a la vida de todos los días. Lo que aquí queremos hacer es volver a imaginar aquellas cosas que nos parece que ya comprendemos. Si Mercurio está presente con su ingenio y con su humor, hay bastantes probabilidades de que nos aparezca el alma –tan esquiva, decían los poetas antiguos, como una mariposa- y el hecho de que yo escriba y el lector me lea será, en sí mismo, una manera de cuidar el alma.”

Hasta aquí, Thomas Moore y su libro “El cuidado del alma”. Ahora, queridos oyentes, yo les pregunto: ¿Alguien les enseñó alguna vez a cuidar su alma? ¿Cómo lo hizo y qué significó ese aprendizaje en sus vidas? Si todavía no saben cómo cuidar su alma ¿están dispuestos buscar los modos de aprender ese arte?
Clarina Pertiné

2 comentarios:

  1. Me encantò Clarina!

    Cuidar el alma tendrìa que ser Ley.

    Besitos.

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  2. Clarina! qué feliz me hace saber que tenemos esta afinidad! es mi libro de cabecera -junto con "Las relaciones del alma" desde hace muchos, muchos años. Tu tío Carlos.

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