Hoy les propongo que hablemos sobre el escollo de la felicidad. El
psicólogo Americano Dan Gilbert cree que en nuestra ardiente búsqueda de la
felicidad la mayoría de nosotros tenemos el mapa equivocado. De la misma manera
que las ilusiones ópticas engañan a nuestros ojos, Gilbert asegura que nuestros
cerebros sistemáticamente juzgan erróneamente qué es lo que nos haría felices.
Por lo tanto como simples humanos que somos, esta peculiaridad de nuestra cognición
hace que no podamos predecir correctamente cómo ser felices, conseguir la
dicha.
Esta premisa presentada en su más reciente investigación está respaldada
por investigaciones clínicas derivadas de la psicología y la neurociencia.
Dice que si uno le presenta a cualquier persona 2 grupos, por un lado
personas que hubieran ganado la lotería y por el otro lado personas que se
quedaron parapléjicas. Ante la pregunta ¿quién te parece que es más feliz al
cabo de un año? Las personas comunes responden en su gran mayoría lo que
seguramente ustedes y yo pensamos: los que ganaron la lotería. La realidad es
que se estudió a estos 2 grupos durante un año y se demostró que ambos grupos eran igualmente felices.
Gilbert dice que cuestiones tales como tener una decepción amorosa,
ganar o perder una elección, pasar un examen, etc tienen mucho menos impacto y
menos duración en nuestra felicidad que lo que la gente espera que tenga.
El autor comenta que los seres humanos sintetizamos la felicidad pero
pensamos que la felicidad es algo que se encuentra. Personas que han
experimentado situaciones adversas en su vida se sienten felices. Da una serie
de ejemplos: un hombre que estuvo 37 años en prisión siendo inocente y que dijo
que no cambiaría un minuto de su vida o un hombre que podría haber sido el
baterista de Los Beatles y que no fue y que dijo “Estoy más felíz de lo que
hubiese sido con Los Beatles.” La realidad es que desconfiamos de esta gente
pensando que están locos o que nos mienten. Pero Gilbert dice que la felicidad
natural es lo que obtenemos cuando logramos lo que deseamos y la felicidad
sintética es lo que hacemos cuando no obtenemos lo que deseamos. En nuestra
sociedad actual creemos que este tipo de felicidad es de una calidad inferior
que la otra. Pero Gilbert sostiene que la felicidad sintética es tan buena y
real como la que se logra cuando obtenemos justo aquello que veníamos deseando.
Dice que todos tenemos la capacidad de sintetizar la felicidad pero algunos lo
hacen mejor que otros. El dice que nuestros anhelos y preocupaciones son hasta
cierto punto pretenciosos porque dentro nuestro tenemos la capacidad de hacer
la materia misma que estamos constantemente buscando cuando escogemos una
experiencia. Por supuesto que algunas situaciones son efectivamente mejores que
otras. Tenemos que tener preferencias que nos lleven a un futuro en lugar
del otro. Pero cuando estas preferencias nos arrastran demasiado fuerte y
demasiado rápido porque sobrevaluamos las diferencias entre esos futuros, estamos en riesgo. Cuando creemos que la única posibilidad de ser felices es
obteniendo eso que deseamos tanto, ahí estamos en problemas.
Y ustedes queridos oyentes ¿cómo creen
que es la felicidad? ¿Se consigue o se crea?
Natalia Peroni
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