¿Pensaron alguna vez en la risa o
en el humor? ¿Saben que los seres humanos somos los únicos seres vivientes que
podemos disfrutar de un chiste, reírnos a carcajadas o hacer uso de la ironía?.
El humor es cosa seria, sobre todo para algunos intelectuales que se ocuparon
de teorizar sobre este tema. Veamos qué nos dicen estos autores que
seleccionamos para reflexionar juntos.
Max Eastman (1883/1969) nació en
USA, cursó estudios de filosofía y sicología y fue un escritor y poeta. En una
de sus obras Enjoyment of Laughter (“El goce o deleite de la risa”) enuncia 4
leyes que juzga fundamentales para precisar el concepto del humor.
1) Las
cosas solo pueden ser graciosas si estamos en la disposición de ánimo propicia
a divertirnos o a no interpretar todo con absoluta seriedad
2) Cuando
estamos en esa disposición de ánimo las cosas agradables continúan siendo
agradables y las desagradables, excepto las muy extremas, tienden a adquirir
una repercusión emocional placentera, y a provocar la risa
3) El
estado propicio a divertirnos es una condición natural en la infancia,
condición que los adultos retienen en distintos grados cuando gozan de cosas
desagradables que hallan divertidas, lo que constituye la cuarta ley.
Eastman, por otra parte, se oponía
a los conceptos que sobre el humor y la risa sostenían Bergson (ganador del
Premio Nobel de Literatura en 1927 y escritor muy influyente por esa época) y
Freud de los cuales hablaremos a continuación.
Henri Bergson (filósofo francés
1859-1941) en 1900 escribió “La risa”, que contiene 3 observaciones
fundamentales para la consideración del tema: 1) “Fuera de lo que es
propiamente humano, no hay nada cómico”. 2) “No hay mayor enemigo de la risa
que la emoción. La risa, para producir todo su efecto, exige como una anestesia
momentánea del corazón. Se dirige a la inteligencia pura”. 3) “Nuestra risa es
siempre la risa de un grupo. La risa debe tener una significación social.”
5 años después del escrito de
Bergson, aparece la obra de Freud, “El
chiste y su relación con el inconsciente”. En el capítulo 2 de esta obra, Freud
clasifica a los chistes en verbales, los que en general de apoyan en el juego
de palabras, e intelectuales, los que lo hacen en el juego con ideas Más
adelante dice que los chistes también se diferencian de acuerdo con el
propósito que los animan, si son chistes inocentes o tendenciosos. Pero lo
central de su exposición viene de la mano de su explicación sobre por qué los
chistes causan placer. Sobre la base del análisis de los distintos tipos de
chistes, y de la razón de enunciarlos, indica que el placer proviene del ahorro
del gasto psíquico que habría que ejercer para satisfacer el propósito de un
chiste tendencioso, o el ahorro del gasto de coerción que el chiste libera.
Por último y en relación al
fenómeno de la risa, Schopenahuer (filósofo alemán 1788-1860) comienza por
dividir los dos tipos de conocimiento y advierte que el objeto percibido (o la
percepción del objeto) y el concepto abstracto que lo refleja no siempre se
corresponden. Y de esta discordancia resulta el fenómeno de la risa, que es
peculiar de la naturaleza humana. Según esta teoría, el origen de lo cómico es
siempre la paradójica e inesperada inclusión de un objeto bajo un concepto que,
en otros sentidos, le es heterogéneo. Es como una abrupta aprehensión de una
incongruencia entre el concepto y el objeto real pensado a través de el y por
lo tanto entre lo que es abstracto y lo que es perceptivo.
Luego de este recorrido incompleto
sobre la opinión de estos ilustres escritores, filósofos y psicoanalistas sobre
la risa y el humor, coincidirán conmigo que, como dijimos al comienzo, el humor
es cosa seria. Y reírse a carcajadas es lo mejor que nos puede pasar en la
vida.
Natalia Peroni
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