miércoles, 31 de julio de 2013

Día del amigo

Consciente de mi carencia de rigor científico para respaldar lo que voy a decirles, me animo a afirmar que el pasado 20 de julio la inmensa mayoría de los argentinos festejamos el Día del Amigo.
Sí, queridos oyentes, estoy segura de que aún aquellas personas que sostienen argumentos como que se trata de un invento comercial más, o que la verdadera amistad no necesita de una convención para ser celebrada, amanecieron ese día un poco más contentos que lo usual y se entusiasmaron con la idea de llamar, escribir, invitar o visitar a sus amigos. Como seguramente también se alegraron de recibir mensajes cariñosos y cálidos abrazos literales, virtuales o epistolares.
Lo que me importa reafirmar hoy ante ustedes es que en nuestro espacio de radio, aquí, en “De buenas a primeras” hay cabida para todos: para los protestones de siempre, para los anti-convencionalistas, para los celebradores compulsivos, para los apáticos y los atípicos; para los que se reunieron sin dudarlo y para los que dudaron si reunirse; para los que compraron un regalo y para los que lo dibujaron, lo pintaron, lo escribieron o lo cantaron. Para los que pudieron compartir el día con sus amigos y para los que lloraron alguna ausencia que les dolió más ese día.
Todos ustedes están definitivamente invitados a seguir compartiendo con nosotras esta amistad que nació un día del año pasado, cuando Vicky, Natalia y yo lanzamos al aire nuestra primera frase de bienvenida, dirigida a un público que desconocíamos pero ardíamos en deseos de conocer, y enseguida, repentina y gloriosamente, aparecieron todos ustedes, uno a uno, con sus palabras de afecto, de apoyo, de aliento; con su entusiasmo y su impresionante disposición a abrirnos su corazón.
Esta amistad con la que ustedes nos honran es lo que le da a nuestra tarea de comunicadoras su sentido más pleno. Como ya saben, desde el principio concebimos a “De buenas a primeras” como un espacio para compartir hechos positivos y palabras memorables. Y son ustedes quienes, a través de sus palabras, siempre positivas para nosotras, hacen de este programa un hecho profundamente memorable.
Por eso, aunque hoy no sea 20 de julio, quiero decirles, en nombre de Vicky, Natalia y mío, que estamos absolutamente felices de contar con su amistad. Una amistad que a nosotras nos nutre, nos enriquece intelectual y afectivamente y nos impulsa a seguir soñando con ampliar este espacio de encuentro; con conocer sus rostros y el sonido de sus voces; con la posibilidad siempre vigente de multiplicar las redes tendidas entre conductoras y oyentes para acortar cualquier distancia, alivianar las tristezas, potenciar las alegrías y –ojalá- ser portadoras de algún consuelo y toda la esperanza.

Sabemos que el sentimiento es recíproco porque ustedes tienen la generosidad de comunicárnoslo y ese cariño que nos brindan y que nosotras recibimos con gratitud inmensa, mantiene encendido y vibrante este vínculo del que estamos orgullosas.
Algunos de ustedes recordarán que hace tiempo les leí una poesía de Hamlet Lima Quintana que se llama “Gente necesaria”. Quizás les parezca extraño que, con todos los poemas que existen en el mundo sobre la amistad, yo vuelva a elegir este, pero lo hago porque confío en que la belleza nunca cansa y sobre todo porque expresa clarísimamente lo que ustedes nos inspiran.
Dice así:
 “Hay gente que con solo decir una palabra 
enciende la ilusión y los rosales;
 
que con solo sonreír entre los ojos
 
nos invita a viajar por otras zonas,
 
nos hace recorrer toda la magia.
 

Hay gente que con solo dar la mano
 
rompe la soledad, pone la mesa,
 
sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
 
que con solo empuñar una guitarra
 
hace una sinfonía de entrecasa.
 

Hay gente que con solo abrir la boca
 
llega a todos los límites del alma,
 
alimenta una flor, inventa sueños,
 
hace cantar el vino en las tinajas
 
y se queda después, como si nada.
 

Y uno se va de novio con la vida
 
desterrando una muerte solitaria
 
pues sabe que a la vuelta de la esquina
 
hay gente que es así, tan necesaria.”

Queridos oyentes, permítanme recordarles que ustedes son, para nosotras, gente muy, pero muy necesaria.
Sigan haciéndonos llegar sus palabras; las que quieran; las que puedan; las que surjan. 
Clarina Pertine

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