Si hoy es tu
cumpleaños, no es nuestra intención amargártelo. Ni ponernos melancólicos
pensando en ninguna otra cosa que no sea la posibilidad de tener, una vez en el
año, un día especial.
Pero si no es tu
cumpleaños, te proponemos pensar en el curso de la vida. Que transcurre, pasa y
la medimos en años, porque es convencional medir el tiempo de esa forma.
Eduardo Galeano tiene una poesía sobre
la evolución del ser humano a través del tiempo que dice así:
“Hace unos cuatro mil quinientos millones de años, año más,
año menos, una estrella enana escupió un planeta, que actualmente responde al
nombre de Tierra.
Hace unos cuatro mil doscientos millones de años, la primera
célula bebió el caldo del mar, y le gustó, y se duplicó para tener a quien
convidar el trago.
Hace unos cuatro millones y pico de años, la mujer y el
hombre, casi monos todavía, se alzaron sobre sus patas y se abrazaron, y por
primera vez tuvieron la alegría y el pánico de verse, cara a cara, mientras
estaban en eso.
Hace unos cuatrocientos cincuenta mil años, la mujer y el
hombre frotaron dos piedras y encendieron el primer fuego, que los ayudó a
pelear contra el miedo y el frío.
Hace unos trescientos mil años, la mujer y el hombre se
dijeron las primeras palabras, y creyeron que podían entenderse.”
Y en eso estamos, todavía: queriendo ser dos, muertos de
miedo, muertos de frío, buscando palabras.”
Pero si hablamos de nuestras vidas
particulares, las de ustedes, la nuestra, con suerte podemos pensar en poco
menos de cien años. O mucho menos, ya que investigando en Internet aprendí que
la esperanza de vida difiere mucho según la zona de la cual estemos hablando. “Aunque
la media mundial es de 69,64 años (en 2010), existen diferencias abismales
entre las distintas zonas del planeta. En Europa y América del Norte la media
es de 73 años, en Oceanía es de 71 años, en Latinoamérica es de 70 años, en
Asia es de 61 años y en África es de 55 años.”[1]
La vida de una persona, que no supera
generalmente las dos cifras, no es nada comparada con los más de cuatro
millones de años desde que el ser humano se paró sobre sus dos piernas y miró
el mundo. Pero estoy segura que, a su manera, en su lenguaje, aún entonces supo
aquello que lo diferenciaba del resto. Sabía que iba a morir.
Y paso el tiempo. Y el tiempo nos pasa.
Y vivimos con esa certeza pero la mayoría de las veces, no la pensamos. Y
hacemos proyectos a futuro, ahorramos, prevenimos, nos protegemos.
Pero si pensas que en vez de un año
más, el día de tu cumpleaños celebras un año menos, quizá podes vivir el resto
de tu vida de forma diferente. Disfrutándola a pleno, pasando por alto aquello
que no es tan importante como a primera vista parece serlo. Mirando a tu
alrededor para descubrir que la maravilla
de la vida te regala un momento de felicidad incomparable, porque sabes que no
sos eterno y hoy, que es tu cumpleaños, estas un año más cerca de no poder
disfrutarla.
Por eso, aún a sabiendas de que es un
año menos y no un año más, celebras tu cumpleaños y como nunca, deseas a los
otros felicidad. Pero sobre todo, te empeñas en buscarla para vos mismo.
Natalia Peroni
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