jueves, 20 de septiembre de 2012

Cinco cosas peligrosas que usted debe dejar que sus hijos hagan


Hoy les quiero proponer cinco cosas peligrosas que ustedes deberían dejar que sus hijos hagan.
¿Es una broma? En parte sí, en parte no. Pero para develar esta incógnita  es necesario que les presente a Gever Tulley, fundador de lo que en inglés se conoce como “The Tinkering School” cuya traducción es “La Escuela del Cacharreo”.
Él comienza su exposición en las Conferencias Ted, diciendo lo siguiente: “Cinco cosas peligrosas que usted debería dejar que sus hijos hagan. No tengo hijos. Se los pido prestados a mis amigos, así que tomen estos consejos con cautela.”
Por supuesto que se ríe al decirlo. Pero creó un programa de verano que busca ayudar a los niños a aprender a construir las cosas en las que piensan. Dice que quien mande a sus hijos a este programa, deberá estar preparado para que vuelvan con algunos moretones y raspaduras.
Gever Tulley sostiene que vivimos en un mundo en el que las regulaciones para la seguridad infantil son cada vez más severas. Se ponen advertencias de asfixia en cada bolsa que se fabrica, leyendas en las tazas de café de plástico avisando que están calientes y pareciera que cualquier elemento más afilado que una pelota de golf es demasiado peligroso para un niño menor de diez años.
Y se pregunta hasta dónde va a llegar esta tendencia. ¿Hasta redondear cada esquina de cada mueble que se venda y eliminar cada objeto filoso? Si es así, entonces está clarísimo que en el momento en que un niño entre en contacto con algo afilado, se va a lastimar.
Pero, además, mientras ocupamos nuestro tiempo en aislar a nuestros niños y dejarlos sin posibilidad de interactuar con el mundo que los rodea, ellos de todos modos van a averiguar cómo hacer las cosas de la manera más peligrosa que puedan.
Entonces, Gever Tulley dice que a pesar del título con el que comienza su conferencia, su programa trata sobre la seguridad y sobre cómo podemos los adultos, de manera sencilla, hacer que nuestros niños crezcan y se desarrollen como personas creativas, seguras de sí mismas y en control del entorno que los rodea.
Como muestras de un libro de su autoría que se llama “Cincuenta cosas peligrosas”, acá van cinco de ellas.
1.   Jugar con fuego: Jugando con fuego los chicos aprenden acerca de los combustibles, la combustión y los gases de escape, que son los tres elementos que uno debe conocer para mantener un fuego bajo control.

2.   Tener una navaja propia: Hay culturas como la Inuit, donde los adultos les dan cuchillos a los niños desde que comienzan a caminar, para que puedan cortar la grasa de las ballenas. Se establecen reglas muy simples: siempre cortar lejos del propio cuerpo, mantener la cuchilla afilada y nunca forzarla. El autor afirma: “Sí, se van a cortar, pero se sanarán.”

3.   Tirar una lanza: Resulta que nuestros cerebros están preparados para lanzar cosas. Como sabemos, aquello que no se usa, se atrofia. Pero cuando se ejercita, cualquier músculo añade fuerza a todo el sistema, de modo que se ha demostrado que lanzar objetos estimula los lóbulos frontal y parietal, que tienen que ver con la agudeza visual, la comprensión en tres dimensiones y la solución estructural de problemas.

4.   Deconstruir los aparatos: La próxima vez que estén por tirar un aparato, dénselo a su hijo para que lo desarme. Ese proceso les sirve para comprender lo complejas que son las cosas, y cómo sin embargo uno las puede entender.

5.   Conducir un auto con su hijo: En un terreno baldío donde no haya nadie, permítanle experimentar la sensación de conducir y de ser el que tiene el control.
 Hasta aquí la explicación de Gever Tulley. ¿Qué opinan ustedes, amigos? ¿Permitirían a sus hijos participar de este programa? ¿Consideran beneficioso dejar que los niños exploren el mundo de esta manera?
Vicky Detry

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