Hoy les propongo que hablemos sobre la reinvención de
las cosas. Para analizar este tema me baso en una entrevista que leí en la
revista del Instituto Tecnológico de Massachusets , MIT Review para ser
exactos. Era un artículo que contaba cómo 2 emprendedores habían reinventado el
termostato. Estos dos cerebros tecnológicos, que dicho sea de paso venían de
ser parte del equipo que creó el Ipod y el Ipad de la mano de Steve Jobs, un
día habían ido a comprar un termostato y se encontraron con que los que había
en el mercado eran muy caros, horribles y para nada eficientes. Con lo cual,
uno de ellos se paró y dijo: “Espera un segundo, voy a diseñar uno.”
Lo que siguió fue la reinvención del termostato. Reinventó
uno que se puede operar desde un smart phone y que es lo suficientemente
inteligente como para aprender sus rutinas de acuerdo a cuál sea la temperatura
habitual que el dueño de casa utilice. Que puede aprenderse el horario en que
habitualmente es usado para apagarse automáticamente en momentos en que no haya
nadie en casa. Pero al mismo tiempo prenderse un par de horas antes de que
vuelvan los ocupantes de la casa para mantener el calor en la casa. Logrando
funcionar de manera más eficiente y además ahorrándole a los dueños de casa un
monto considerable de luz. Además de otras funciones adicionales que no tiene
sentido contarles en este micro.
El punto que me llamó la atención y que despertó mi
admiración es cómo una persona ante un problema cotidiano y simple como es
elegir un termostato para su casa utilizó su imaginación y sus conocimientos
para “reinventar”
lo que ya estaba inventado.
La definición de Inventar que aparece
en el diccionario Word Reference dice: “Hallar o descubrir una cosa nueva o no
conocida.” Y la definición de Reinventar dice: “Volver a inventar.”
Contrariamente a este concepto, pareciera
que para nosotros, simples mortales, a veces lo que ya está inventado, aquello
que ya es de una manera no puede ser reinventado.
Bueno queridos oyentes, parece que se
puede. Se puede volver a inventar un artefacto y darle una funcionalidad muy
superior o mejor o distinta a la que ya conocíamos. Y si se puede reinventar un
termostato ¿se podrá reinventar un
trabajo o una pareja o una amistad? No cambiarlo por otro. Simplemente
reinventarlo, que sea distinto, que tenga otras funciones, que nos guste más.
O ¿por qué no, reinventarnos a nosotros
mismos? Y para toda la gente que ya estaba acostumbrada a esperar de nosotros
que seamos unos tímidos o que seamos unos soberbios o unos débiles. O que
tengamos mal humor, o que seamos muy buenos. O que seamos torpes para la tecnología
pero muy buenos en el tenis. ¿Podremos
reinventarnos? ¿Salir a la calle de otra manera? ¿Inventarnos unas funciones
nuevas?
Cuando no nos guste alguna parte de
nuestra vida podemos hacer como hizo el ingeniero que reinventó el termostato y
decirnos a nosotros mismos: “Esperá un segundo, voy a diseñar una vida que me
guste más”. ¿Se podrá?
Ustedes ¿qué opinan queridos oyentes? ¿Nos reinventamos?
Esta es mi propuesta.Vicky Detry
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