domingo, 21 de octubre de 2012

Gente necesaria


Hoy me gustaría compartir con ustedes una poesía titulada “Gente necesaria”, escrita por Hamlet Lima Quintana, que a mí me parece bellísima.

Antes de leerles la poesía, les cuento brevemente algunos datos sobre este autor.

Lima Quintana nació en 1923 en Morón, provincia de Buenos Aires, y falleció en 2002. Tanto su padre como su madre alimentaron su amor por las letras y la música, ya que ambos escribían poesía y tocaban el piano y la guitarra.

Entre 1940 y 1960, Lima Quintana fue músico y cantor en la compañía de Ariel Ramírez. Compuso canciones que interpretaron artistas de la talla de Mercedes Sosa y Horacio Guarany.

También grabó discos con el recitado de sus poemas, entre los que se destacan “Juanito Laguna remonta un barrilete” y “La Pampa Verde”.

Publicó además numerosos libros y fue galardonado con varios premios.

Su poesía “Gente necesaria” dice así:


Hay gente que con solo decir una palabra 
enciende la ilusión y los rosales; 
que con solo sonreír entre los ojos, 
nos invita a viajar por otros mundos 
y permite florecer todas las magias. 

Hay gente que con solo dar la mano, 
rompe la soledad, pone la mesa, 
sirve el puchero, coloca las guirnaldas; 
que con solo empuñar una guitarra 
te regala una sinfonía de entrecasa. 

Hay gente que con solo abrir la boca, 
llega hasta los límites del alma, 
alimenta una flor, inventa sueños, 
hace cantar el vino en las tinajas. 
Y se queda después como si nada. 

Y uno se va de novio con la vida, 
desterrando una muerte solitaria, 
pues sabe que a la vuelta de la esquina, 
hay gente que es así, tan necesaria. 

Acá termina este poema y yo me quedo, como cada vez que lo leo, abismada en un torbellino de emociones que a veces me dejan sin palabras y me sumen en una reflexión silenciosa, y otras veces me invitan a enviarle esta poesía a alguien a quien considero, justamente, “Gente necesaria”.

Me encanta la idea de brindarles este regalo a las personas que quiero y sobre todo, me importa hacerles saber por qué las considero así.

Seguramente todos tenemos a nuestro alrededor a una persona o dos o varias que a uno lo ponen de novio con la vida y lo hacen desterrar una muerte solitaria.

O quizás -¿por qué no?- nosotros mismos seamos gente necesaria para otros. Gente capaz de hacer cantar el vino en las tinajas.

Por eso, queridos oyentes, hoy los invito a pensar en su “Gente necesaria” y enviarles a esas personas esta poesía, que es un canto de gratitud por el amor recibido.

Estoy segura de que ese reconocimiento generará en sus destinatarios más amor y más alegría, que volverán a ustedes multiplicados, iniciando así uno de los tantos círculos virtuosos que necesitamos para vivir la vida cada vez con mayor plenitud.
Clarina Pertiné

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